24 de mayo de 2011

Museo Los Pinchudos y su trágica orfandad.

El pasado 18 de Mayo en todo el mundo se celebró el día internacional de los Museos, sin embargo para la gran mayoría de peruanos esta conmemoración pasó desapercibida. Como sabemos, un Museo es un espacio donde se exhiben objetos o curiosidades que resultan atractivos al interés público y que aglutina por lo general desde piezas históricas, pasando por objetos científicos, artísticos y bienes de gran valor cultural. En América Latina, nuestro país es uno de los pocos privilegiados en contar con una rica historia precolombina, lo cual nos ubica como responsables directos de la preservación de todo aquél vasto patrimonio cultural de pertenencia no sólo peruana sino de toda la humanidad. Empero, cuán conscientes somos de la magnitud de esa responsabilidad. Reza un refrán: “… nadie llega a querer lo que no conoce”, es por ello que sólo conociendo más nuestra historia aprenderemos a descubrir mejor el país que nos alberga y por ende llegaremos a valorarlo y respetarlo como se merece. Entre otras finalidades, esa es la misión de un Museo, conservar viva la memoria de nuestro devenir histórico, conservar todos aquellos bienes culturales que son expresión latente de lo que fuimos y somos para sabiamente proyectarnos en el tiempo.
Pero poco o nada nos sirve conocer todo esto en teoría si en la práctica no se le da la debida importancia a nuestros Museos. Es el caso de Juanjui en la Provincia de Mariscal Cáceres donde existe el Museo Los Pinchudos (en alusión a unas estatuas encontradas en el complejo arqueológico Gran Pajaten) y que si no fuera por la labor desinteresada de su fundador, el Lic. Oliver Tarazona, simplemente ya hubiera dejado de abrir sus puertas al público hace buen tiempo. El Museo en mención posee piezas valiosísimas del legado histórico de Mariscal Cáceres que han venido siendo adquiridas por su fundador desde hace varios años, pero dado que no cuenta con los recursos económicos suficientes para la preservación de objetos tan delicados ni con mostradores adecuados para evitar que sean sustraídos, es que desde hace varios años viene prácticamente mendigando apoyo, toda vez que hay una indiferencia de la sociedad en general con respecto a estos temas, por ello hago un llamado al Alcalde de Juanjui para que declare en emergencia la situación del único Museo con que cuenta la ciudad.
Además, cabe mencionar que existe interés de una Universidad Privada establecida en Tarapoto por adquirir todo el conjunto de objetos y piezas que conforman el Museo para ser trasladado a la ciudad de las palmeras, oferta que el fundador ha rechazado porque no lo considera correcto y además porque mantiene la esperanza de que la actual gestión edil destine un fondo para la vigencia del Museo Los Pinchudos.
Desde esta tribuna coincido con la importancia de crear un fondo municipal destinado a la preservación de lo nuestro, porque es inconcebible que en Juanjui nos jactemos de ser cuna del Gran Pajaten (prefiero el término: “Heredera histórica del G.P.”) y por otro lado hacernos de la vista gorda ante el llamado de auxilio de ese espacio cultural.

17 de mayo de 2011

Perú, marca incompleta.

Qué duda cabe que Puerto Rico o Cuba son conocidos como países caribeños o que Suiza sea netamente un país de los Alpes, que Rusia este asociada a Siberia, que Brasil sea un país Amazónico. ¿Y el Perú, es un país andino ó amazónico? En los hechos ambos, pero ¿qué hay en el subconsciente del peruano en general?
El Perú es un país andino, desde luego que lo es, y se dice que la columna vertebral de este país son los andes, entonces la costa podría ser la cabeza y la amazonia (selva como la llaman muchos) sería por supuesto el corazón. El corazón bombea sangre, elemental para el funcionamiento del cuerpo, así como la Amazonía bombea el petróleo elemental para que el Perú no pare; el corazón con sus latidos envía la sangre que oxigena el cuerpo, así como la Amazonía provee del gas natural al Perú. Si la columna vertebral está en la sierra y ofrece grandes minerales para el mundo, el corazón que es la Amazonía ofrece infinitos recursos de flora, fauna e hidroenergía; si la columna vertebral se fracturara en varias partes, el Perú podría quedar parapléjico pero la Amazonía seguiría dándole vida y alegría perpetuamente.
El Perú es una marca repite un documental que circula en internet desde hace unos días. Lástima que esa marca no esté completa, quizá como dándome la razón al final del documental el nombre de nuestro país figura en lo alto de una cisterna pero sin tilde. Obviamente no tiene tilde porque es el Peru de Nebraska que ahora conocemos un poco más que nuestro mismo país. Lástima por la cabeza (entiéndase Lima) que es la que prioriza siempre su rol estelar y no está quedando muy bien parada por ciertos errores del documental y, porque de haberse incluido en esa marca a nuestra Amazonía, mucha más hermosa, radiante y alegre sería esa marca.
El Perú es una marca nos dicen, pero una marca incompleta les respondo. ¿Cómo el cuerpo puede mantenerse en pie sino tiene sus partes elementales completas? ¿Cómo el bello país puede mostrarse gallardo si le falta una parte de él?
El documental que viene circulando en internet sobre la marca Perú, es para mí el fiel reflejo de una sociedad que no termina de comprenderse ni conocerse a sí misma, y para que vean que no exagero fíjense en el tema musical que se escucha en una parte, es de origen boliviano. Es el reflejo de una sociedad poco incluyente, poco tolerante para comprender y aceptar la pluriculturalidad y multinacionalidad que el país engloba.
A todas luces se ha obviado a esa enorme parte del cuerpo Perú, llamado Amazonía, y que constituye más del 60% del territorio, estoy seguro que no fue voluntariamente, sino que responde a patologías de la cabeza asociadas a patrones culturales y sociales que van de la mano con una fuerte ignorancia de lo que es el Perú vasto e incomparable.
Se ha obviado a nuestra gente amazónica, gente progresista que posee una forma distinta de ser, con alegría, libertad y optimismo que los diferencia de la melancolía andina y la tristeza cobriza que no critico, al contrario valoro porque es también parte de la diversidad del cuerpo Perú.
Esto no es nuevo, siempre fue así, desde los orígenes de la República se priorizó SER un país ANDINO (cliché limeño), antes que SER un país AMAZONICO, se priorizó ser lo uno y no lo otro, antes que ser ambos y todo, por eso en el documental en mención, la marca que se vende al mundo llamado Perú, es netamente una marca de mares, comidas, gustos y colores costeños y andinos.
Será por esa carencia de inclusión social y por ende cultural que se vive en el país que nuestra Amazonía se ha hecho sola, se ha diferenciado en su idiosincrasia de otras partes del cuerpo Perú y será por ello y desde luego otros temas más profundos que en algunas ocasiones nos quisimos desligar, desmembrar o simplemente independizar del resto del país, como aquella vez que Iquitos declaró su separación del Perú y lo secundaron muchos pueblos y ciudades de la Amazonía, historia poco evaluada y estudiada por los historiadores y sociólogos oficiales.
Me gustaría y seguramente a Usted también, que la marca AMAZONÍA, con tilde en la i, tome fuerza y se dé a conocer mediante un documental, aseguro que no elegiremos como fondo musical una cumbia colombiana o una toada brasilera.

15 de junio de 2010

Conciencia Política


El término política empieza a utilizarse con mayor frecuencia a partir del siglo V antes de Cristo y proviene del griego politikós, cuyo significado hace alusión a “ciudadano” o “relativo al ordenamiento de la ciudad”. Es una palabra, como algunas otras, en la que no ha habido consenso al momento de otorgarle una definición, sin embargo la mayoría de politólogos convergen en algo: “no hay actividad humana que sea ajena a la política, ni política que pueda desconocer las diversas actividades de los hombres”.

En el mundo de los animales racionales existe una especie con mayor vocación política que las demás; a la vez, existe dentro de esta especie filopolítica los que inclinan esa vocación hacia un estilo propio de vida, la que ciertamente es vivida para la política, tomada esta última como la ciencia del buen gobierno y el arte de servir a los demás; sin embargo, es en este abanico de situaciones y caracteres sociales en el que encontramos también, dentro de esta misma especie, a algunos audaces animales que alejándose de la naturaleza esencial de la política, tienen como modus vivendi el sólo hecho de vivir de la política. Así tenemos entonces que, parafraseando a Max Weber, hay quienes en su loable actuar viven para la política y, quienes en su desdeñable oportunismo, viven de la política.

Son tiempos duros para el ejercicio de la política como ciencia o como profesión, pero es de tenerse en cuenta que no siempre ésta ha sido vista como una actividad inescrupulosa, pues primigeniamente, en épocas donde se debatía la problemática de La Polis en las ágoras griegas, la política simplemente era entendida y ejercida en su sentido más puro y casi altruista; empero, con el devenir de los siglos, esta ciencia ha degenerado al punto de ser considerada como una mera actividad u oficio al que se dedican o pretenden dedicarse los hombres ansiosos de poder, al menos esa es la imagen que ahora se tiene sobre la mayoría de políticos en el país y en la cual tendrían que trabajar fuertemente para recuperar el crédito perdido.

Por otro lado, tenemos que comprender que uno de los pilares donde debe reposar la ciencia política es la democracia, cualquier otra forma de gobierno o sistema alejado de ella la desvirtúa de algún modo, dando paso al ejercicio arbitrario y abusivo del poder. Precisamente para evitar que se produzca este abuso del poder tiene que promoverse una participación comprometida de los ciudadanos en los asuntos que atañen a nuestra sociedad, hecho considerado como una tarea titánica en países como el nuestro donde la falta de interés en los asuntos públicos es ampliamente conocido debido a un mal que viene de hace muchos años, me estoy refiriendo al ínfimo sistema educativo peruano que muy lejos se encuentra de priorizar la enseñanza de valores democráticos y participativos. Pero no todo está perdido, puesto que si al menos se forjara una clase política integrada por gente capaz y comprometida con el desarrollo de nuestros pueblos, nuestros rumbos serían diferentes. Lamentablemente no existe una clase política consolidada en el Perú, a diferencia de países avanzados culturalmente donde dicha clase asume su verdadero sentido existencial, la que se plasma en el hecho de proteger los intereses y satisfacer las necesidades de las sociedades a las que representan.

Una clase política, como tal, sabe qué quiere para su sociedad o para su país, aunque sus integrantes sean de diferentes partidos siempre se mantendrán apuntando hacia un mismo fin, pues justamente el trabajo tesonero por alcanzar mejores estándares de vida para toda una colectividad es donde reposa el amplio compromiso de una clase verdaderamente política; dicho de otro modo, la presencia de una seria clase política determina los rumbos de una sociedad, y esta última asienta su confianza en aquélla porque sabe que cualquiera sea el gobernante de turno no cambiará el rumbo de los grandes proyectos generales.

Pero qué existe o abunda en el Perú; por desgracia estamos rodeados de aventureros políticos, de gente improvisada que confunde la voluntad de querer hacer algo con la capacidad de realizar algo. No bastan las buenas intenciones cuando se carece de conocimiento mínimo sobre la administración pública o cuando se carece de capacidad de gestión, sumado todo esto a ciertas cualidades de liderazgo y de una sólida personalidad visionaria capaz de proyectar en el tiempo y en el espacio la ejecución de grandes obras.

Analicemos en breve nuestro entorno social más cercano. Juanjui, heredera histórica del Gran Pajatén, ciudad pequeña en proceso constante de crecimiento económico y lamentable desorden demográfico, necesita urgente enrumbarse por el camino de la modernidad responsable, por el camino de un nuevo orden progresista, por el camino de los grandes proyectos a mediano y largo plazo, sin descuidar obviamente aquellas obras pequeñas e inmediatas. Los pueblos no se desarrollan sólo por afirmar unas cuantas calles y construir algunas lozas deportivas; los pueblos, las naciones, los países se desarrollan cuando tienen una clara visión de a dónde quieren llegar o qué pretenden ser en unos cinco, diez ó veinte años, todo esto definitivamente respaldado por una misión integral.

En ese orden de ideas y ante el actual panorama electoral, es preocupante la gran cantidad de candidatos que participarán en las próximas elecciones municipales, lo cual no hace más que sólo reforzar la idea de la existencia desmedida de aventureros políticos, con contadas excepciones, que pretenden vivir de la política. Cabe por tanto preguntarnos qué podemos hacer nosotros los que nos consideramos ciudadanos responsables frente a esta actual situación; estoy convencido que la respuesta pasa por interesarnos en conocer más a cada candidato y, sobre todo, tomar conocimiento de cuáles son sus propuestas para con Mariscal Cáceres; particularmente considero que la próxima persona con intenciones de guiarnos por el camino del desarrollo debe ser, por lo menos, alguien nato de Juanjui o alguno de sus distritos, de este modo evitaremos lamentaciones futuras.

No puedo culminar estas reflexiones, sino sólo manifestando que, el hombre, como dijo Aristóteles hace dos mil años, es un animal político por naturaleza; a lo que, sin embargo, debo agregar modestamente que hoy por hoy, abundan más políticos animales que animales políticos en nuestra sociedad.
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Respete los derechos de autor.

26 de marzo de 2010

¿QUÉ HACEN NUESTROS JÒVENES?



Escrito por Eduardo Quirós Sánchez (24/09/1924 - 20 de abril de 2007)
(Fue un destacado periodista y docente universitario. Uno de los Patriarcas del periodismo en el norte del Perú. Fundador del conocido programa radial "La voz de la calle" y Decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Privada Antenor Orrego)

La producción literaria en un país, región o ciudad ayuda a una valoración cualitativa de sus avances cuturales. A parte de deleitar al hombre,cuya sensibilidad busca la belleza en las creaciones artísticas, contribuye a tener un claro reflejo de la sociedad, en lucha permanente por alcanzar mejores niveles de vida, dentro de un ambiente de paz y seguridad.

Tradicionalmente, la producción literaria se ha manifestado a través de los llamados "GRUPOS". El más antiguo en el español es el de "La generación del 98", hábilmente conducido por don Miguel de Unamuno. En nuestra ciudad y en el año de 1915nació el Grupo Trujillo, encabezado por José Eulogio Garrido e integrado por una legión de inquietos jóvenes como Vallejo, Orrego, Haya de la Torre y otros que después fueron los actores del Grupo Norte desde 1923, con la fundación del diario de ese nombre, dirigido por el filósofo, escritor y maestro Antenor Orrego.

Desde la extinción de ese grupo, hasta la década del 40 no hubo muestra de movimiento literario alguno, hasta que Marco Antonio Corcuera, ganador de los Juegos Florales de San Marcos, convoca y dirige el grupo "Cuadernos trimestrales de poesía". Mantuvo con su propio peculio la edición de la revista especializada en la que se publicaba la producción de sus integrantes. Fue mucho más allá en su afán de estimular la producción literaria, cuando creó el concurso quincenal "Poeta joven el Perú", en el que se consagraron nuevas voces.

Otro conjunto de estudiantes, en abril de 1950, funda el grupo "Peña del mar", con incentivos claros para la producción literaria, mediante recitales, concursos y publicaciones de un Suplemento Literario en los diarios La Nación y El Liberal. Varios de sus integrantes obtuvieron premios locales y nacionales, hasta un casa de las Américas, Cuba, ganado por Marco Yauri Montero. A fines del 50 se funda el grupo Trilce, cuyos jóvenes realizaon muy buena labor editorial, con la cual enriquecieron la producción literaria de Trujillo. Más tarde se funda el grupo Nuevo Amanecer, liderado por Bethoven Medina Sánchez, también premio de Casa de las Américas. Otros grupos pequeños como Aramauta, con el entusiasmo del colega Munárriz Boluarte y Greda, con Angel Gaviria, todos ellos con especial esfuerzo contribuyeron al enriquecimiento de la producción literaria.

Y en la Universidad de Trujillo, Literalma, en la década de los 80 cumplió con un valioso aporte, bajo el asesoramiento de Juan Villacorta Vásquez y Ricardo Cotrina Cerdán y la conducción del poeta Juan Paredes Carbonel. Allí estuvieron Orlando Vargas Romero con sus Crónicas de desterrados, junto a más de una docena de inquietos jóvenes, cuya producción fue publicada en una Antología en el año de 1997. Dentro de ellos, Emberto Narciso Carranza falleció a temprana edad. Juan Villacorta los recuerda a todos ellos por sus nombres, en la nota de Presentación. Parece que ninguno de ellos han sido invitados en el interesante programa de recitales y testimonios Entre dos siglos, pero sí se anuncia la participación de Walter Curonisy y Elvira Roca Rey, buenos poetas pero cuya producción no favorece a nuestra ciudad.

Si luego de esta breve reseña, me preocupo por la particpación de los jóvenes de este nuevo milenio, para llamar "novísima" producción literaria es posiblemente no porque haya un letargo juvenil, sino porque no se difunde su producción. Los suplementos literarios de hoy no estimulan a las nuevas promesas y esa es la razón del prolongado silencio, según mi entender. No se sabe, por lo menos yo desconozco a los nuevos movimientos generados en las últimas décadas del siglo pasado, salvo una que otra presencia individual de algunos poetas nuevos.

Es verdad que Luis Eduardo García, ha tenido la inquietud y el talento de convocar a las generaciones de aedas, desde el 60 hasta el 90, mediante un evento titulado "Entre dos siglos, una muestra de la reciente, nueva y novísima poesía hecha en Trujilllo", denominación que no es exacta, puesto que todos los participantes en este movimiento son poetas del siglo pasado, entre 40 y 15 años de antigüedad, por lo que no se puede hablar de entre dos siglos, pues no se han considerado autores del nuevo milenio, es decir de la generación 2000, si es que se acepta el concepto de que los movimientos literarios son cíclicos y se pueden enmarcar dentro del concepto matemático de una década. Lo afirmo, porque en Guadalajara, México, en donde se realiza la feria internacional del libro más importante del mundo hispánico, se ha presentado la obra "Los relojes se han roto" una antología en la que se incluyen a los once mejores poetas peruanos de la última década, cuya selección ha sido realizada por los poetas Enrique Bernales y Carlos Villacorta, obra que ha sido publicada en la ciudad de Guadalajara. Se habla de la última década, la del gobernante más repudiando de nuestro país, del que tiene tres nacionalidades, pues a las de peruano y japonés, con documentos falsos, se agrega la de chino que él mismo incorporó a la cumbia de su candidatura.

¿Cuál es la nueva y novísima poesía hecha en Trujillo?

Poetas de las genreaciones del siglo pasado han ofrecido interesantes recitales en el Instituto Cultural Peruano-Norteamericano y últimamente, en la "Dolce vita" a través de las ondas de Diplomat Radio 92.1 FM han compartido difundiendo sus experiencias como poetas Luis Eduardo García, Juan Félix Cortez y Luis Cabrera Vigo, con el grupo coral Schola Cantorum y el exquisito dúo de guitarras de Ernesto Portugal y Marco Reyna. Nuevas programaciones seguirán ofreciéndose hasta Febrero del 2006. Posiblemente invitarán a nuevas voces, tal vez por allí escondidas y que estarían inscritas en este nuevo siglo.

Labor Editorial

No todo está perdido, pues aunque no haya movimientos generacionales a través de grupos de estudio o producción, hay buenas, aunque pocas, muestras de un afán vinculado a la creación literaria, aparejada a una propuesta editorial. Si puedo hablar de las dos más importantes que conozco, debo referirme a ALTA VOZ y EL FORJADOR. Las dos expresan la inquietud de estudiantes de la UPAO; la primera es promovida por alumnos de Ciencias de la Comunicación, encabezados por Fernando Torres Salvador y la segunda por estudiantes de Derecho, dirigidos por Victor Raúl López Escudero, ambas están editadas en papel couché, la primera es más pequeña, por su formato mitad A4, espacio reducido que no les permite a sus cuatro integrantes desarrollar más temas. La revista de los futuros abogados destaca por su excelente diagramación y diseño, nada menos que obra de mi apreciado ex alumno Santiado Aguilar. Los temas son variados y bien trabajados, una fiel expresión del pensamiento juvenil de ahora y que se ha cristalizado gracias a los auspicios recibidos y que merece el máximo apoyo de nuestra parte. Buena la entrevista al poeta Alejandro Romualdo, nuevamente ganador de otro premio importante, pese a sus años. Los chicos de Alta Voz han revolucionado la presentación como una faustuosa ceremonia a la que asisten las mismas personas, con tres o cuatro críticos o comentaristas que hablan un lenguaje que muchos no entienden y que terminan con un obligado vino de honor. Ellos han utilizado esculturas vivas ubicadas en los jardines, que ofrecían la obra a quienes pasaban por el lugar. Sin precio fijo, el probable lector deja las monedas con que puede aportar al esfuerzo.

1 de febrero de 2009

Recuerdos del ayer y un Combo más...

De un tiempo a esta parte los viejos sonidos armónicos de un excéntrico combo liderado en antaño por un tal juaneco han puesto a mover los pies y a menear las caderas de una efervescente Lima y ha llevado a desempolvar los viejos trajes y las coloridas plumas de sus integrantes.
La primera vez que escuché los acordes musicales de Juaneco y su Combo fue en casa de mi abuelo Alberto Escudero, en la casa de campo de Huayabamba, a 20 minutos de Juanjui, eso hace mas o menos unos diecinueve años atrás. Mi abuelo solía escuchar con bastante frecuencia las músicas de su admirado amigo Juan, a quien, en uno de sus tantos viajes que hizo a Manaus, llegó a conocer en Iquitos; muchas veces se pasaba horas hablando de la genialidad de su amigo como músico y de sus bondades de ser humano. Yo escuchaba...
Era costumbre por aquellos años reunirnos en casa de nuestro viejo patriarca, desde el hermano mayor de mi madre hasta el último de los nietos; en todo ese ambiente de jolgorio familiar se vivían tardes calurosas de fútbol en el campo del pueblo y se solían contar chistes a la luz de la luna en un cielo estrellado o bien narrarse cuentos cargados de los misterios de la Selva, pero también muy cerca de nosotros, los nietos que fuimos creciendo a los ojos del abuelo, estaba presente la música del tal Juaneco, por aquél entonces ya consagrado desde hace muchos años en la Amazonía peruana.
Eran años de bonanza económica en la selva, a donde con total facilidad y rapidez llegaban artistas conocidos a nivel nacional, atraídos estos por las fuertes sumas de dinero que los capos de la mafia pagaban por sus presentaciones y espectáculos. No resultaba para nada extraño encontrarse caminando por las calles de alguna ciudad de la Selva con un Rocky Belmonte (famoso en esos días), algún integrante del Grupo Río o hasta el mismo Miky Gonzáles y su "Vamos a Tocache"; sin embargo esa catarata de estrellas que pasaban por la Selva, no podían competir con el ya famoso combo, pues estos no necesitaban de mayores presentaciones, toda vez que su simple nombre ya constituía una leyenda entre la gente amazónica. Es así que, en más de una ocasión pude observar a los míticos músicos y escuchar de cerca "Mujer Hilandera", " El brujo", "Ya se ha muerto mi abuelo", "Linda Nena", entre otros éxitos del momento y que hoy han vuelto recargados. En una oportunidad uno de los hermanos de mi madre ofreció como regalo de cumpleaños a mi abuelo una fiesta con Juaneco y su Combo, donde el pueblo entero de Huayabamba bailó hasta el amanecer en una fiesta popular que hasta ahora recuerdan con gran melancolía y donde a pesar del entusiasmo que embargaba a mi abuelo, este no pudo bailar más que una sola pieza debido a su ya deteriorada salud.
Dice el conocido refrán: "todo lo que sube tiene que bajar (y a la inversa)", parece mentira que hace muchos años cuando llegué a Trujillo y me ponía a escuchar al mencionado grupo, algunos de mis amigos mostraban rostros de sorpresa y desconcierto por el simple hecho de poseer dentro de mis archivos musicales una "música tan rara y hasta pacharaca" a decir de ellos. Desde luego yo, fiel a mi estilo irreverente y directo, en pocas palabras les daba a conocer que Juaneco y su Combo, actualmente liderado por Mao Wong López, es mucho más que un sencillo grupo "cumbiambero" haciendo música, pues desde muy joven comprendí que esas músicas representaban el alma popular, sincero y alegre de los moradores de la selva, es en definitiva el sonido de la esencia misma de los secretos del poblador amazónico, un modo de entenderle y de comprender la visión del mundo que allá se tiene. No es pues sencillo, para muchos, comprender por ejemplo cómo ante la muerte de un ser tan querido, como es el caso de un abuelo, se pueda cantar alegremente que este ya murió, y más aún que este ha muerto tomando mucho trago; sin embargo, es toda esa amalgama de pequeñas cositas, imperceptibles en muchos casos, que convierten a este terruño verde y su gente en sui generis, al menos dentro del Perú; sé que pueda sonar hasta exagerado pero es menester que las cosas se digan en el Perú, de cuando en vez, como son y no de otra forma.
Hoy nadie discute que Juaneco y su Combo es el grupo popular de moda, hasta aquellos amigos que alguna vez prejuzgaron esta bella música, hoy la escuchan y la bailan; lo curioso es que se está produciendo en mucha gente un fenómeno conocido como anacronismo, pues se cree que las músicas de juaneco han salido recientemente al mercado y son relativamente parte de la cumbia moderna, también hay toda una confusión en muchos desorbitados que atribuyen la autoría de estas músicas a los hoy famosos Bareto; pues es casi una obligación tener que informarles, como ya mencioné, que Juaneco y su Combo es un grupo muy antiguo de la Amazonía peruana y que alcanzó mucha fama no sólo en el Perú sino también en la selva brasilera y colombiana en los años 60s y 70s.
El variopinto panorama que la amazonía representa no ha sido descubierto ni en una décima parte aún de lo que hay por conocerse, estamos viviendo de muchas formas un redescubrimiento de la Selva y su gente que a la par está haciéndose de espacios muy importantes en este conglomerado país. Salud Alberto, salud Juaneco, en el cielo...!
Música e imagenes del auténtico grupo, click aquí: http://www.youtube.com/watch?v=4NwwHxUf83w

27 de agosto de 2008

Salaverry-Juanjui, de la teoría a la praxis

Publicado el 12 de Agosto 2008 en la Revista Se Ven de San Martín.

"Sé de fuentes confiables que el Gobierno no va a hacer la Tercera Etapa de Chavimochic, y nos está quitando el Puerto de Salaverry y la carretera Salaverry- Juanjui, que son banderas irrenunciables de La Libertad, por ser nuestros ejes de desarrollo económico."
Homero Burgos - ex presidente Regional de La Libertad (31 de Marzo de 2008)

Hace diez años que radico en la ciudad de Trujillo, hermosa ciudad que hoy en día atraviesa por uno de sus momentos más prósperos en su historia comercial y económica como producto no sólo del buen ojo del inversionista foráneo, sino también como resultado de las buenas gestiones desplegadas por sus autoridades y personalidades notables. Durante todo este tiempo la característica más notoria del trujillano común y corriente ha sido la de su fuerte identidad para con su pueblo; el trujillano es trujillano porque se sabe y siente diferente, la idiosincrasia en el lugar está marcada con aires de abolengo y petulancia colonial que de cierto modo los hace especiales.
Hay un tema que desde que llegué a vivir en Trujillo ha estado presente en muchas conversaciones, programas de televisión, radios locales, conferencias y hasta en algunas universidades de prestigio; me refiero a la carretera Salaverry-Juanjui que uniría la Región La Libertad con nuestra Región San Martín. El proyecto de esta carretera no es nada nuevo, ya tiene muchos años, decenios para ser más exactos; sin embargo, como suele ocurrir en nuetro país se priorizan las obras de acuerdo a quien llora más o de acuerdo a la voluntad del gobernante de turno para quedar bien con sus huestes electoreras, dejando de este modo en stand by obras fundamentales y estratégicas para el desarrollo no solamente de dos ciudades como en este caso, sino de buena parte del territorio oriental (Bellavista, Sacanche, Saposoa, Pachiza, Huicungo, etc).
Quise empezar este artículo refiriéndome a Trujillo y su gente con la finalidad de hacer una sana comparación con Juanjui y lo suyos, toda vez que mientras en la ciudad de la eterna primavera la carretera en cuestión es de prioridad Regional, aquí en cambio ni siquiera es de prioridad local. Mucho se ha dicho y se vuelve a decir, mucho se gestiona y se vuelve a gestionar sobre esta carretera en Trujillo, pero a pesar de que los más beneficiados resultaríamos nosotros los juanjuinos, aquí ni se dice ni se gestiona casi nada (por no decir nada), y si algo intentan hacer nuestras autoridades locales, al final sólo sirve para la foto y nada más, a las pruebas me remito.
Si los trujillanos constantemente tocan el tema de la carretera Salaverry-Juanjui es porque sus autoridades y empresarios saben que dicha carretera representaría el impulso que los pueblos de la sierra liberteña tanto esperan para alcanzar un desarrollo óptimo, además proyectan y es lo más lógico, un despertar y crecimiento vertiginoso del puerto trujillano; pues que mejor que las frutas frescas, el mismo cacao juanjuino (de los mejores del mundo según especialistas nacionales e internacionales), la caoba, el ishpingo y tantas bondades naturales que nos brinda la tierra juanjuina lleguen directa y rápidamente al puerto de Salaverry para ser trasladados a los mercados internacionales.
Dice el refrán: "No hay peor cosa que la que no se hace", y en este caso lo peor es que en Juanjui no se le da hasta ahora la debida importancia a una carretera que nos comunicaría con la costa, específicamente con el puerto mencionado en Trujillo, en diez horas aproximadamente, lo cual implicaría un gigantesco ahorro en combustible, mayor rapidez para sacar nuestros productos locales y regionales y desde luego consolidaría a nuestra ciudad como puerta de entrada principal a la Región San Martín, con lo que en pocos años Juanjui desplazaría a Tarapoto de su actual hegemonía regional e ingresaría a formar parte de la lista de ciudades comerciales más importantes del Oriente. Es pues, tarea conjunta de autoridades, pueblo, instituciones públicas y privadas y medios de comunicación gestionar y presionar a través de una comisión ad hoc por la vía más rápida la materialización de un sueño que une, teóricamente por ahora, a dos ciudades desde hace muchos años.

24 de junio de 2008

La tierra de los valientes Marañones








Hoy es 24 de Junio, he despertado con mucha alegría al ritmo de Juaneco y su Combo, cómo no escuchar hoy esos acordes tan singulares y alegres que me trasladan, al menos mentalmente, a la hermosa tierra de inacabable verdosidad, a la tierra de honestos indígenas y bravos pioneros castellanos, donde hace veinticinco años vi la luz.
La Fiesta de San Juan es sin lugar a dudas la fiesta regional más grande del Perú, la fiesta patronal que une a blancos con indios como hermanos, y cómo no sentirse como hermanos si desde los primeros tiempos de nuestros abuelos hemos construido juntos el progreso de nuestra Selva; hombro a hombro y machete en mano se fueron levantando entre junglas vírgenes nuestros sueños.
Los indios nos enseñaron mucho; a sonreír ante la adversidad por ejemplo, nosotros, en cambio, a penas el evangelio.
Celebrar San Juan en la Selva es algo más que sólo celebrar una fiesta regional, es mucho más que eso; es en definitiva acercarnos a nuestros orígenes, volver a nacer respirando el aroma a hojas frescas y a tierra mojada tras la lluvia, es ,entre otras cosas fabulosas, sentirse en casa.
Tengo muchos recuerdos de la Selva, quizá la extraño ahora más que antes porque cuanto más tiempo paso lejos de ella, siento, curiosamente, que la quiero más. Siento que se fortalece mi identidad al verme, en muchos aspectos, diferente en esta sociedad.
Allá la gente aún mantiene esa mezcla de sinceridad con ingenuidad que mucho se ha perdido en las grandes ciudades; sin embargo, no todo es maravilla obviamente, siempre habrá, desde luego, algo que mejorar, pero en esta oportunidad no tocaré esos temas porque hoy es San Juan y sólo cabe en nuestros corazones alegría que matizaremos con un poco de ventisho y por supuesto con un sabroso juane enviado por la mujer hilandera de mi sueños, mi madre.
Ojala pronto pueda celebrar con los míos, han pasado nueve años que no he vuelto para estas fechas, mientras espero que se de el momento, seguiré estando, por lo menos por ahora, imaginariamente, en la tierra de los valientes marañones. Feliz día de la Selva.
Para conocer más acerca de los Marañones, click aquí: www.eldoradocolombia.com/pedro_de_ursua.html

15 de junio de 2008

Las huellas de África

Es común para los laguenses lidiar cada día con el feroz tránsito vehicular, donde sólo es posible avanzar, sin temor a exagerar, una cuadra por cada diez minutos. Este es el reflejo metafórico de una ciudad y su gente que nos muestra, desde ya, lo difícil que resulta vivir en un país como Nigeria.
Hay desolación mezclada con pomposidad en cada esquina, y fueron aquellos diez minutos que recorrimos por cada esquina lo que seguramente, de algún modo, me ayudó a observar con ojos críticos aquella realidad contradictoria consigo misma.

Nigeria es una país desmesurado en el que pueblos olvidados se buscan con ciudades modernas como Abuja y con otras tremendamente caóticas como Lagos; en ocasiones a uno le da la impresión de estar en ciudades-estado por la gran diferencia existente entre ciudad y ciudad, sobre todo entre Abuja la actual capital y Lagos la antigua capital nigeriana donde se celebran comúnmente los grandes negocios en torno al petróleo. El petróleo es para Nigeria lo que el guano fue para el Perú, sin embargo, es el motor que genera codicia y enriquece a unos cuantos que dominan un país de más de 120 millones de habitantes. La corrupción, madre de los males de los llamados países tercermundistas, ha sido y sigue siendo para el país un enemigo contra el cual se intenta luchar tenuemente; además de no haberse librado tampoco de dictaduras militares que sólo causaron muerte y más hambre en la zona.

La primera noche en Lagos fue agradable; la ciudad nos recibió con una lluvia torrencial, dándonos seguramente la bienvenida - pensé en ése momento. Nos alojamos en un barrio de apariencia tranquila, mas lo único que me tenía intranquilo era el incesante calor, a pesar de mi origen selvático-peruano.

Al día siguiente, algo que nos llamó rápidamente la atención fue el colorido rostro que nos mostró la ciudad a causa de esos largos trajes llamativos de variados colores encendidos que vestían especialmente las mujeres, y es que, al parecer, a diferencia de nuestro país donde quienes usan polleras, ojotas o pretinas son discriminados, allá en Nigeria, en cambio, la ropa occidental tiene su espacio, pero mucho más aún los respectivos trajes africanos; es pues, parte de sus identidad, de la cultura autóctona del lugar, y eso, desde luego, los convierte ya en admirables. Fue pintoresco observar aquéllas damas descender de un Mercedez Benz o un Volvo año 93 sin complejo alguno vestidas con esos largos trajes multicolores y esos enormes turbantes. Todos esos pequeños detalles convierten a Nigeria en un país más atractivo ante los ojos de cualquier turista.

En Lagos hay un lugar, el Restaurante del Hilton Hotel, a orillas del Atlántico, desde donde es posible observar a lo lejos, como si fuese un cuadro estático los edificios más altos de la ciudad, construidos al otro lado de la bahía; desde luego esa imagen no se compara a la impresionante Manhattan; sin embargo, al ver ese panorama espectacular, por un momento pensé: Vaya, sí que parece Manhattan, pero sólo a lo lejos...!

Lagos me pareció un buen nombre para la ciudad; y es que los portugueses, quienes pisaron ésas tierras antes que los ingleses, al ver que la costa estaba formada por un grupo de islas dotadas de riachuelos y de una laguna, decidieron bautizar al lugar como Lagos. El centro comercial y administrativo está en las Isla de Lagos en el corazón de la ciudad, unido al continente a través de dos puentes. También se conectan con la isla Ikoyi y Victoria, ambas con bien conservados y llamativos jardines.

Después de Lagos volamos hacia el Este. Dos horas y arribamos a Port Harcourt, ciudad a orillas del Atlántico en donde es fácil visualizar enormes buques cargueros y barcos que transportan el petróleo al primer mundo. La ciudad no es tan grande como Lagos; sin embargo, no escapa al desorden antes observado. De cierta manera es más tranquila y fue aquí donde empezamos a ver grandes mansiones; pero Port Harcourt no permanecerá tanto, al menos en mi memoria, por eso, sino porque fue el lugar donde por vez primera probé el plato típico del país y de gran parte de África, el famoso "Fu fu", que consiste en una especie de masa pegajosa hecha a base de un tubérculo, la que se acostumbra comer con alguna salsa o guiso a base de carne o pescado. Me gustó, lo disfruté mucho los tres primeros días, pero empecé a inquietarme cuando llegó el cuarto y quinto día porque era el mismo plato que nos servían en la casa del tío Gab, aunque después comprendimos el motivo. Lo anecdótico vino cuando fuimos en busca de un Restaurante donde pudiésemos encontrar algún plato de comida diferente; sin embargo, una vez sentados y habiendo ya ordenado el menú, nos trajeron inesperadamente un platillo de entrada, cortesía de la casa para los extranjeros, que se nos hizo tercamente familiar, con lo cual comprendimos que en ésa parte de África quieras o no quieras, pidas o no, resultarás comiendo cada día "Fu fu".

Así dejamos las grandes instalaciones de petróleo, el infaltable Fu fu y los mercados desbordantes de personas para enrumbarnos esta vez en dirección Norte hacia Enugu. El viaje fue de cierta manera agotador pero no tanto por la distancia, sino mas bien por el pésimo estado de la carretera, sin embargo la sola idea de estar en un lugar tan lejano como África recompensaba ciertos inconvenientes de la travesía. Una vez en Enugu recorrimos la ciudad, ahí estuvimos solo mediodía, en realidad no hubo mucho que ver ahí, sólo disfrutamos recorriendo sus calles abarrotadas como de costumbre de mucha gente que siempre muy atentamente se dirigían a nosotros dándonos la bienvenida, y sin faltar a la verdad, no llegué a contar las tantas veces que escuché en ese lugar la frase: "You are welcome".

Una tarde calurosa volamos rumbo a Abuja, la nueva capital federal, en el centro del país. La ciudad está todavía poco desarrollada para el turismo; sin embargo, para aquellos aventureros que desean tomar unas bellas fotos de la sabana nigeriana, éste es un buen lugar. En Abuja conocimos a Kweku y Mnambo, dos amigos nigerianos que fungieron de nuestros guías. Con ellos recorrimos gran parte de la ciudad. A primera vista es una ciudad ordenada y limpia, se observan construcciones grandes y pequeñas en proceso de ser terminadas, el tráfico intenta ser menos caótico y en verdad lo están logrando. Abuja pretende convertirse en una metrópoli moderna y una alternativa para los grandes "business nigerianos".

Al recorrerla por su principal avenida se puede notar algo curioso, se trata de una hermosa Mezquita, éste templo musulmán irradia fortaleza visto desde cualquier ángulo; sin embargo, lo curioso es que se encuentra construido a escasos mil metros de un templo cristiano, situación que no es común ver en lugares predominantemente musulmanes. El templo nos atrajo instantáneamente, como si una fuerza magnética nos atrapara; decidimos ingresar dejando atrás nuestros prejuicios y temores, a la entrada habían algunos mendigos postrados, seguramente a la espera de algún milagro mahometano. El templo era hermoso y al mismo tiempo acogedor, obviamente con características diferentes a uno cristiano, definitivamente a eso se debía que mi acostumbrada percepción echaba de menos algo que se asemejara a una cruz.

Abuja fue uno de los lugares que más me gustó de Nigeria. Los dos días que estuvimos ahí visitamos diferentes lugares de concurrencia masiva como los mercados, algunas plazuelitas, clubes, etc., todo esto a fin de palpar el sentir y el ser mismo de la gente.

A cuatro horas aproximadamente de Abuja, al Sur, se encuentra un pueblito donde el tiempo parece detenido y la vida transcurre más lenta que en otros lugares, me refiero a Nwi, donde gracias a la gentileza de su gente aprendí un poco el idioma nativo de la zona: El Igbo. Nwi se encuentra rodeado de mucha vegetación. Hace más calor ahí, pero al menos estamos alejados del ruido de los motores. De la casa del tío Gab se tiene una gran vista, debido a que la casa se encuentra en la colina más alta del lugar. Por las noches sentados en el balcón se escuchaba a los lejos el sonido armonioso de tambores y apenas se percibía la llama de pequeñas fogatas; era hermoso estar ahí, respirar ese aire impregnado de los mitos del África, escuchar esos tambores entremezclados con la naturaleza misma y sobre todo olvidarse del tiempo.

En Nwi fueron quedando mis últimas huellas, en aquélla iglesia cristiana pequeñita, la única del pueblo, en sus angostos caminitos, en su verde corazón que me acogió y de donde brotó mucho cariño de esa gente que conocí y que nunca antes habían escuchado de aquél terruño llamado Perú.

Todo eso es Nigeria. Nigeria moderna, Nigeria salvaje, Nigeria caótica, hambrienta y heterogénea tanto cultural como religiosamente.

Finalmente fui dejando África y con ella mis huellas. Y sin pensar mucho me fui alejando al tiempo que decía: "Ala Igbo di mma (la tierra Igbo es buena)".